VERSOS PRESOS DE LA LIBERTAD (Poemario)
VERSOS PRESOS DE LA LIBERTAD
UN PLACER
ORDINARIO
El sonido de la libertad abierta por
el misterio de la noche sagrada
alimenta un quehacer cotidiano,
un placer que se debe llevar a cabo,
un placer ordinario.
ALGO
ILUSORIO
No lo imaginé, no lo soñé, más bien
sentí,
anoche y hoy en la mañana, estar
loco,
pero sí,
sí fue algo ilusorio.
ME LLEVO A
LA LUZ
Soy la parte del tiempo que muere,
me llevo a la luz todas mis sombras.
Soy, en efecto, muchas cosas,
y soy la muerte.
COMO SIEMPRE
GASTO
Hay de dos sopas: O en el cajón hay
doscientos pesos
o no hay nada.
Me bebo el último café:
O es el primero de la tarde
o paso tres días bebiendo agua.
Todo el día lo he así pasado.
A las seis voy a la tienda, como
hago diario;
son las seis menos un cuarto.
Son las seis un anticristo:
O vivo toda mi vida en sus tortuosas
manos
o lo veo nacer ya derrotado.
Y es que he comprado un libro y un
medicamento
y no sé cuántos cigarros,
como siempre gasto.
No hay por qué dudarlo,
hay dinero en el cajón, esperando.
Mas ayer fue un día nublado.
No sé a Dios cuánto le he pagado.
EL SUEÑO
INEPTO
El sueño inepto que tus ventanas
descosía,
dejando entrar la noche hasta el
día,
junto con un dolor en plena
algarabía,
es hoy la múltiple agonía.
MI ESPALDA
¡Cuántas veces he firmado como un
perro en el papel
el nombre de esa pila de libretas
conteniendo pura hiel o sucia miel!
Me reconocen en las calles;
escribí, fotografié y grabé arte con
celulares,
más los chismorreos sexuales y legendarios
de antes,
más la poesía urbana en redes
sociales,
más lo escrito para mí que poseen
los hackers.
Arte, arte, arte, arte,
hasta no hartarme, ¡nunca he de
hartarme!
Nunca me harté, chingada madre.
La fama me latiguea mi espalda, para
dejarla atrás es tarde.
Sin embargo, ¡chingao!, las lágrimas
caen.
Pero esas libretas, supongo que no
son de nadie.
QUIETO
“El
sol ha despoblado la tierra, la ha abrasado y desgastado hasta no dejar más que
esas piedras blancas, esos zarzales”
Desierto, J.M. G. Le Clézio
Y mirad si no ese pueblo ha visto la
tierra y corrido lejos,
a la grasa en los altares de piedra,
y a la sangre del cordero,
viéndome a mí hacer lo mismo pero
más quieto,
en otro dialecto,
una distinta bestia,
uno que sabe que ese pueblo es el
mundo entero,
soñador y terco en sus sueños.
LA PÁGINA
BLANCA
Tomar con terror la página blanca,
decir que uno va a escribir
diferente,
no es la mitad del horror
que representa no poder escribir
distinto nunca.
La musa que pierde el símbolo loco
de Poe,
“¡Nunca jamás!”, dice el cuervo como
un dios;
la libertad misma, dormida está,
cuando más despierta se halla.
“¡No son mis manos las que escriben
los poemas estos!”,
grito, cobardemente, mintiendo.
“¡No son mis ideas, mis frustraciones!
¡He leído al gran Homero, señoras y
señores!”
Y aunque no puedo dispararme en la
cabeza,
puedo escribir siempre, hasta que
muera,
y el dolor de amar mi propia mierda
me pedirá espacio para amar algún
poema.
EN LLUVIA,
DE RELIGIÓN
1
No sé si la hora de la lluvia sea la
hora de la religión.
Me he alejado de la religión para no
ir en contra de ella;
al no ser religioso, al otro ser mi
ser respeta.
No me malinterpretéis, en Dios yo
creo, hincha mis venas, me gustan las iglesias,
acepto que el Espíritu Santo se posa
sobre el púlpito a las campanadas eucarísticas del rito católico,
tengo a unos centímetros de mí un
corán casualmente,
y los Evangelios me enseñaron las
palabras.
¡Alabado sea el Señor con este
cuerpo y esta muerte!
Alabado el cielo por ser creado
divinamente.
Alabado sea Alá con estas hojas
deprimentes.
2
La lluvia se posa ruidosamente en
plásticos y tejas,
lloviendo horas enteras, noches y
meses.
3
Desperté bajo una llovizna,
desperté y fumé,
fumé y en Dios pensé;
no era aún las siete de la mañana.
Me entregué a una dosis de música
regional mexicana
por un par de horas, mientras
trabajaba.
Consideré mis palabras,
las mecí al pesarlas.
Pero estas nuevas palabras son las
palabras más primeras:
Son el amor de un elefante,
son el azul del mar constante,
son la religión llevada con arte.
Oh Señor, yo puedo cantarte,
Dios, mi Dios, yo quiero alabarte,
darte la línea de fuego en mis ojos
lacrimosos,
perdidos en otras partes y
sofocantes.
4
La religión es relativa,
la religión es mi fantasía,
una nube rosa de amor
en medio de cielos de sangre.
Como algo distante,
como algo completamente vivo,
palpitante
es…
“Yo no soy religioso si usted no lo
es”, así se ve,
es así,
una amalgama de Mahoma y san
Francisco de Asís,
roca judeocristiana ensalzando a
Kahli, Krishna, Vishnú,
Ganesh,
Indra,
Agni,
el bello “El Ramayama”,
novelas de autores ateos, Siddhartha
Gautama,
el Dalai-Lama,
¡Cristo Resurrecto! ¡Oh, ardiente
semana!
¡Yo traigo las llagas, yo traigo las
llagas!
Una virgen duerme todos los días en
mi cama.
Para la religión: Sólo la gente
iluminada.
SE VA DEL
SOL
No puedo renegar al sentir la
naranja agria;
después de todo, ¿quién la agriara?
Los trolebuses de práctica infinita
se llevan el polvo que nos marchita.
Es la labor, el sabor, el amor, el
dolor,
etcétera, etcétera, etcétera,
el candor del trabajo, siempre
forzoso,
con miedo de llamarlo odioso
(ya que todo temo),
le doy no mi persona sino solamente
mi fuego:
Todos a mi alrededor, oh Dios,
resultan tener desde antes mucho dinero,
¡y yo:! “Estoy apurado por cierto
verso,
estoy metido en una bella estrofa,
afuera de mi jornada desastrosa,
lastimera, laboriosa
y como sin fin”.
No puedo renegar al sentir el tiempo
frío;
después de todo, ¿quién lo congela
de semejante manera?
Dejadle, dejadle, dejadle, dejadle
correr como el hielo se va del sol.
CUANDO
IMAGINAS QUE NO EXISTO
Cuando la luz arrope tu mirada,
tú, que eres ciencia y magia,
perderás una moneda sin valor
alguno.
Cuando enloquezca el último poeta,
tú, que eres muro y hiedra,
arrebatarás las flores que adornan
camas muertas.
Cuando imaginas que no existo,
yo, que ni sé quién eres,
diré la última palabra antes de la
danza en la disco.
Cuando el verso se sepa obsesivo,
tú, que le encontraste de destino,
sabrás exactamente lo mismo y lo
mismo.
Cuando te engulla fría la piedra,
tú, que comiste sólo hierba,
volarás en el estómago de Dios.
VIVO ASÍ Y
ESCRIBO
Vivo así y escribo.
¡Vaya! Me pongo serio de mí mismo
por primera vez desde que vivo.
Recorro versos en su olvido
y cuentos primorosos que casi nadie
ha leído,
en dos palabras: Me miro.
Borges ha escrito
que el arte debe ser ese rostro
lejano que tengo enfrente y es mío
en un espejo.
Todo amor recuerdo y pido,
hallándome de algún sitio nativo;
todo era tan agresivo,
tan bello y permitido.
Poemas, memorias, novelas y relatos:
Como de un pie desnudo los zapatos,
como de un ojo tranquilo el llanto,
como un sol ardiendo lo nublado.
Hago bien, no soy muy malo,
y si leéis más, soy extraordinario
(ese es mi pecado).
He surcado el seco llano,
he sembrado signos humanos,
cultivando la letra que se avienta a
mis brazos,
y cosechado, en ocasiones, los
frutos más amargos y de ahí hecho café,
he, he, he.
Luego mis labios dan lo ajeno, lo
cultural,
al extraño, a mi carnal,
¿quién es el trago incierto que bebo
diario sin acabarlo,
como el Occidente un musulmán?
Hablando, hablando, hablando,
hablando rezo y resucito y mato,
y luego callo, surge un árbol,
mi abuela se tornó sentimental y me
ha marcado:
“Hola, hijo, estoy llorando”,
y aunque insensible sea yo hasta el
hartazgo,
recibí el mensaje y también he
llorado.
Todo, hermanos, se ha vuelto santo.
LUNES
Es un lunes
de mañana mojada,
de un sol capaz pero miedoso,
es un lunes dadivoso,
revolcado feliz por torbellinos
literarios,
de vidas escenarios,
en un país de sicarios y
mercenarios.
Es un lunes fabuloso aunque
ordinario,
un silencio que agita el caos,
molestando a las hormigas.
Es un lunes que, por lunes, no es a
diario.
Un misterio abierto donde hallo
el misterio del asesino ahorcado,
pero lejano.
Es un lunes, sí señores, es un día
de arrebato;
me pongo una camisa, oro, oigo un avión,
como si yo fuera él:
Él, el talibán.
Todos tenemos un pasado, una
sociedad,
y será que dijo tanto que dejé de
estallar
en la frontera que es el horizonte
inventado por los ángeles de Alá.
Es un lunes, no estoy muerto,
vi las gotas de rocío,
ahora pasa el mediodía yerto.
Es un lunes derecho, enhiesto,
es un lunes todo esto.
Es un lunes el despertador, el café,
la bandera, el Evangelio.
Es un lunes, en efecto.
Es un lunes Gorostiza,
porque hoy es lunes.
Es un lunes Pellicer,
porque hoy es lunes.
Es un lunes este ser,
porque mañana… mañana es martes.
Mañana es martes, lo esculpo con un
cincel,
mañana el tiempo inventó
lo que inventa hoy,
pero no deja de ser mañana si deja
el mañana de ser martes,
ni el hoy es menos hoy, aunque hoy
es lunes.
SABBATH
Yo soy la voz que retumba en las
montañas
de cocaína de le especie judía.
Yo soy judío pero ya casi no lo soy,
sólo soy
un escritor o un amante o un
detractor.
Yo soy Philip Roth.
PRESOS DE LA
LIBERTAD
Ese sonido de guitarra y humo,
ese bondadoso claroscuro,
esa mitad del tiempo,
ese patio con techo,
lo que quieras del mundo,
flores en la noche,
besos en el culo,
años de raíces,
palabras de un vino mudo,
risas desnudas y sin más matices
que las locuras claras de los año
nada tristes
y enamorados,
hundidos en el pan de nuestra gente,
oídos por los dioses de los salmos,
custodiados,
presos de la libertad,
añorados con el ímpetu de un
alcohólico sin tragos.
MICHELLE
Quiero amarte, Michelle,
y decirte cosas que en palabras son
groserías.
¡Pero ¿qué digo?!
Ya te amo, Michelle,
y no podría ofenderte.
En los mares, si yo fuera un ápice
de viento,
Michelle de caliente hielo,
escondería tu hermosura y la
guardaría para Dios,
para insultarte los dos.
SARAMAGO
Voy a duplicarme
para matarme,
y escribiré con mi sangre
en el antifaz de mi carne.
Voy a preguntar por Dios
en un círculo de ateos,
voy a educarme
y terminar avalando el Estado laico.
NOSTER
Esta noche de septiembre,
este árbol de polvos mágicos,
esta lluvia fatigada
que no cree en sí misma ya,
todo,
absolutamente todo, pues tengo poco,
todo es un súbito placer inaccesible
para otros.
EL
INCONSCIENTE DEL HOMBRE ES ANTROPOMÓRFICO
Entonces Buñuel agarró, tomó,
una navaja y partió un ojo.
Pianos y hormigas,
mi psicoanalista
diciéndome que Luis era amante con
Salvador.
Frente a la Cruz,
Jacobo pregunta a Dalí
la diferencia entre una obra
pictórica y una obra fotográfica,
y el Maestro grita que la diferencia
es ¡un millón de dólares!
Noches de Freud,
noches de Freud,
noches de Freud,
noches de Freud,
noches de Freud…
El inconsciente del hombre es
antropomórfico.
El ejercicio wow, la Luna
es el ojo que
con una navaja
Buñuel partió.
Regresa el reloj,
regresa el reloj,
regresa el reloj,
regresa el reloj,
regresa el reloj, cabrón, no sé si
soy tan libre.
Ven y escribe,
flota como un globo en el cine.
¡Brutal!
UNA VID
La página pura de la pura piel,
el águila dura que no suelta al
güey,
el año del ser.
El año del ser es el único año,
uno tras otro, tras otro pero uno en
total,
sólo siendo se vive conociendo.
No hay filosofía definitiva,
no hay cólera, no hay sida;
no pasan los días, se revuelcan
como perros en aguas puercas.
El olor del territorio,
la visión de los mil cuerpos
mutilados de mil demonios asustados,
la profundidad del clavicordio,
las medias, el sombrero, un nido
precioso.
Las chicas, los chicos,
el faisán sabroso,
el agua espesa del pozo,
el momento adecuado es la ley del
tiempo;
se me olvidan por un momento
lo obvio, lo retórico, lo
apocalíptico, el pito.
Con un sueño tremendo el verbo
conjugo,
el lenguaje me lleva al bosque
y me suelta ahí la mano y lejos
corre
y planta una vid
hablando del rey David
y de Lord Byron.
¿A usted le gusta ver gotitas
o ver gototas?
Y dice el otro actor:
A mí me gusta ver gotear.
ZAIRA
Me acuerdo de ella.
¡Imaginad el perfume de una
estudiante de gastronomía!
Como yo, de negro ella vestía,
pero luego yo, me vestía con más
colores,
y ella más colores se ponía.
Era verano y llovía, ¡así es siempre
que me enamoro!
Leía yo una novela de Yukio Mishima:
Su amor dolía,
como me dolió, alguna vez,
leer a Vargas Llosa enamorado de
Michelle.
¡Ay! “Travesuras de la niña mala”.
Por ello acepto el desamor,
por la tierra mojada y su olor.
Por eso amé a Zaira con ardor.
La historia se torna buena:
Zaira se acostó con mi joven
profesor.
No estaban enamorados
como ella y yo, no,
no estaban enamorados, no señor.
Pero hicieron el amor.
Él mordió su perfume, oh dolor.
TUS FORMAS
SON
Tus formas son
el inmenso turbante de Mahoma,
las palabras en caligrafía árabe:
árabe es la lengua de los ángeles;
tus formas son
el rojo de la sangre y el Sol,
la sencillez de una madera que se
hace preciosa,
el vuelo de la droga oculta, fiera,
poderosa;
tus formas son
el corazón del corazón,
el cielo turbio de amor,
el tiempo comiéndose el agua de la
muerte.
INFINITIVO
Va el vaso, va.
Ir.
DESEÉ
Y vi una bella mujer,
una bella mujer eterna.
¿En qué momento dejé
de amar sólo a los hombres?
¿Cuándo deseé
a una de ellas
con los diablos de las mujeres
bellas?
AMIGO
Dime, amigo… Dime.
DESIERTO
Desierto dentro.
SI TE
HABLARA JESUCRISTO DE MI VIDA
Si te hablara Jesucristo de mi vida,
si leyeras la Biblia,
si tomaras un trago de hierba
o dieras un mordisco de cafeína…
¿Qué pasaría, oh Pueblo,
oh Sociedad árabe, judía,
americana; qué pasara
si hubieses escuchado los monumentos
de palmas
sacándose de las bocas un millón de
palabras;
y que a mí recordaras?
¿Por qué me voy de ti hacia ti?
No escuchasteis el no muy vano grito
del sufrimiento ya marchito,
mas, por más hoy marchito, es hoy el
fin del inicio de este día mismo,
en el ayer vivido,
recordado ahora por un poema, por
una historia,
por un caleidoscopio,
por una garza,
por un universo…
No lloraré, sin embargo, ¿para qué
si el sufrimiento ha marchitádose?
¿Por tener un cerebro, por dinero,
porque es un mandamiento?
Porque yo perdono a libaneses, a
ateos y a pendejos,
entre ellos a mi señor;
pero a ti ¿yo perdono?
No lloraré, no lloraré, ¿para qué,
si el sufrir es un trastorno?
Aunque también os digo:
´Ira aquí, carnalito,
lo que hay en el fuego de frío,
he ahí tu destino, escuchad:
No es nomás mi patriotismo,
¡observad cómo Dios está conmigo!
FAUSTO
De querer hacerla fuerte y con una
fuerza bella, bellísima,
la poesía se escapa franquísima
de los dedos y se hace
un poema de un padre que comparte
de su vida el verso del verbo
conjugado del sustantivo “tizne”,
a un chico hambriento y en celo
que alimentó en Zúrich cisnes
en su lago bajo el cielo.
¿Qué haría el que lee sin Joan
Manuel
Serrat?
Irse al mar y regresar y dormirse,
mordiendo en la imaginación
la última cebolla, garrafa de
destilado
de agave mexicano,
de agave chino.
Pasan los años y yo practico
mis hábitos, mis ritos
frente al Sol clarísimo,
bajo el techo desnudo y físico,
desnudo de fuego y físico de
cemento,
fraccionamiento, fragmento
de un valor monetario; abriendo un
monedero,
tocando la puerta del Paraíso
tras un camión que Dios le hizo,
presente en el tiempo,
arreglo febril de las máquinas e
inventos
que el hombre miserable es miserable
al no tenerlos, suyos o del Gobierno,
pero al alcance, por lo menos.
Oh, sí,
puedo oír el tintineo invisible,
el cencerro de Dios,
las manos cortadas del Diablo para
el adorno de la guerra,
la guerra como asunto cotidiano,
algo ordinario porque es lo que
habitamos
una vez que a Mahoma saludamos.
Sólo un judío,
ese muchacho incircunciso,
podría acercarse a semejantes
templos,
porque parece un francés moderno,
porque habla un inglés perfecto
(un inglés que borraría el tiempo),
y sabe que se encuentra sin ver la
cabeza de Judas Iscariote dentro de las luciferinas fauces, afuera las piernas,
en el Infierno.
Se acercan a estos suelos pesadillas
sin sus velos,
por sus pasos y sus chistes hebreos,
estudiados en el peor ocio de los
mejores maestros,
prometiéndose la dicha que merece el
andar, en efecto, vestido mejor que el vestido de sus cueros, suculentos.
Bajo el Dios de los portentos,
las noches de vigilia virgiliana en
las que recorre los siete cielos,
se siente padre de todos aquellos
seres perdidos, de esos pinches perros,
de esas miradas defectuosas que le
gritan:
No escondas, Magdalena, tus senos,
pues hacen lo que de “Moisés” vivió
su creador indiscreto,
Miguel Ángel, uno de esos genios
que perecen en perturbadores
secretos.
Sobre el Dios de los tormentos.
En el Dios de los defectos.
Pero, a fin de cuentas, un judío que
dirá a sus amigos que Abraham era otra cosa,
que Abraham es el pastor de los
llamados así, judíos. Oh, dice, los que, cuando yo nací,
esperaban a un amonestador certero
entre los nuestros, que esperen
quietos
la llamada santidad de los belenos.
¡Ay! Olvidemos los lamentos,
prosigue, dice de nuevo ¡ay!
Porque el Pueblo le grita: Ya no
puedo.
Y comienza lo que será el eterno
diálogo de Fausto con la maldad que él es desde un principio,
vaya, mágico pedir el conocimiento
que no portaba la pureza alemana,
pero que portó, por tener cansada el
alma.
¡Señores, dice, si Nietzche
llegó tan lejos fue porque publicó
su amor por los judíos, hallando cristiano al Señor!
Nietzsche odiaba a los cristianos…
Ved, oh, ¡sí!, cómo esto se torna
confuso.
No vengáis a permitiros más que un
alivio momentáneo.
Bajad del cerro alto para que podáis
no abrazar
una acción que el hombre tiene en
claro,
porque, os digo, no digáis que no
tomáis el Holocausto
como algo más que írseme la mano.
MI PLAYA
Hay un hombre que siempre me
persigue,
que está labrado por su propio
personaje. Él no es un hombre
pobre, ni un hombre malo porque no
es un hombre bueno,
es un hombre rico
y yo soy un espejo sin rostro suyo.
Puedo (porque puedo) llamar a mis
noches la noche
y destruirle su sentido tácito,
sus enfermedades salvar, porque aquí
todos estamos algo enfermos.
Luego la noche, que espera un
nombre, puede a este hombre confundir con el pesebre de la Muerte,
porque aquí todos se mueren.
No quiere ser mi igual, pero quiere
que le dé lo mismo,
como un espíritu miente, y miento yo
en sacrificio.
Parte de él se debe al sonido turbio
que ha robado el manubrio de su
apellido.
¡Este hombre, va a volverme loco del
alivio,
del alivio que vislumbro como mi
único destino,
yo sin mapa, aferrado, soy la
palabra pura que vive enterrada pero lejos de la fama, y nunca hice el amor en
su cama!
Yo nunca me vendí, nunca caí,
siempre he sido asesinado en los llanos sin alma
de los corazones magros que viven
atrapados en el cuerpo cuya lana impide su paso por la aguja cristiana,
Palabra de Dios, Palabra…
Juan I, 1.
Pues habrá, habrá un olvido que es
mi venganza final, mi playa.
ERIC
Un huerto me llama por mi nombre,
un jitomate hinchado por el agua de
la vida conoce mi nombre,
y ese fruto de la tierra trabajada,
junto a esa tierra que el hombre
amara,
son la alegría de mi esperanza.
ASÍ
Así, de pronto.
SOÑÁNDOTE
VIVO
En el museo del mundo,
en el arte,
en verte en cualquier parte.
Añorarte.
Sentirte, entregarme.
Cuando el amor es un espiral de
letras,
soñándote vivo,
escribo, escribo, escribo…
Estás ahí, mi cielo,
y está mi pecho redimido.
SOR JUANA CLAROSCURO
No es del todo claridad
no ser claridad siendo,
pues, tampoco de ser, no es
vivir de vivir viviendo.
No es del todo caridad
no ser caridad entregando,
pues sospechoso es ya
dar cuando se da amando.
Y entonces la fe, en mi caso,
es tan relativa por el milagro
de ver a Dios como a un hermano,
de ver a Dios cuando se ha mostrado,
de conocerle y mirarle,
de verle y tocarle,
¿cuál fe, cuál fe?
¿Cuál fe si a mí me consta
la existencia de Su persona?
SOY
Ya soy un caballero,
ya tuve mi niñez.
E.
Septiembre, 2021
Comentarios
Publicar un comentario