"VOY, FUI" (Poema)
“VOY, FUI”
Voy a
escribir un poema sangrando,/
voy a ser
palabras,/
a
encontrar,/
voy a
volverme loco,/
pegando el
dedo recto contra el coco,/
o voy a
transformarme en un hombre sano./
Voy, fui…/
Respiro
desde el todo,/
temiendo el
neumococo,/
preparándote
un buen foco/
voy a vivir
con el corazón roto,/
de
melodrama, asqueroso,/
un pinche
cursi moco/
existente y
estándose,/
más grotesco
aun/
que un tipo
abusivo excusándose/
a mitad de
su abuso, que consuma./
/
He cruzado
los límites de lo sangrante./
El vino
ayudó,/
la marihuana
me curó,/
y pasé una
década de mi vida/
sangradas
las rodillas del placer./
¡No más
heridas!/
“No más
heridas”, grité liberado./
/
Fui a hacer
el amor cantando./
Descubrí
músculos nuevos,/
atendí
pobres enfermos/
guardando
una distancia categórica./
Pero entre
tanta responsabilidad y tanto deber,/
entre tanto
excusar y tanto meter,/
entre tanta
obra negra,/
me encontré
que el viento quería venirse con mi cuerpo desnudo./
Me
conmovió,/
y luego me
tuvo./
/
La posibilidad
del diluvio/
también se
enredó vez alguna/
con mi
existir y mi estancia./
Se habló de
exterminios públicos,/
de
segregación al estilo Gandhi,/
de un sinfín
de leopardos contra el género humano./
Humo de
habano,/
vasto,
libre, justo,/
me salvó del
pecado,/
de los
crímenes de guerra/
por los que
me habrían juzgado./
El
arrepentimiento ipso facto,/
la
meditación, me libraron de futuras traiciones gurú./
En verdad,/
en verdad os
digo,/
que no soy
más que una fracción de lo que he sido,/
y no por
haber sido joven y hoy ser adulto,/
no soy lo
que se dice un hombre culto/
en
respuestas de concurso/
o en médicas
lecciones,/
quizá, a lo
mucho, sabré hacer una sangría./
Pero, lo
repito…/
De mí soy ya
sólo un poquito,/
un insulto,
incluso./
Actualmente,
abro las piernas en televisión;/
a novedades
me acostumbro:/
Donde comen
diez, come uno./
/
Y nunca
conseguí ser el violín de nadie/
que no fuera
importante,/
que no
tuviera tiempo para saber qué es arte,/
porque
también es un acto de preparación, abandono y rebeldía./
¿Por qué
decir que no,/
que yo no lo
sabría?/
Me
desenterrarán ya muerto,/
llamándome
Kafka por algunos cuentos/
escritos, y
desaparecidos, hace más de un lustro entero./
Me regarán
de esperma,/
me apretarán
la verga/
de mi barco,
capitán./
Se sabrá que
mi vida sólo es un vicio,/
sin
acertijos, sólo lo que quede de mi esqueleto,/
si es que no
me llaman, consideran un molusco./
Un
cocainómano, putañero,/
criminal
hombre cero,/
¡De nada
servirá mi sex appeal!/
/
Pero lo
intento,/
en verdad
que lo hago./
Duermo al
revés,/
cobro lo que
pago/
y hago
girasoles para el deleite grosero de un Paul Gauguin,/
quien me
caza las formas./
Y ya que
hoyo he,/
mastúrbese, monsieur,/
y cómalo con
cuidado,/
porque lo
saco duro./
¡Es una
broma que hablo así del mundo!/
Una
desgracia no haber sido/
diferente,/
no como toda
la gente,/
con síndrome
de Down, autista, ¡lo que fuere/
el verdadero
mesías de todo lo que se mueve;/
los
paralíticos ya los salvó Jesús, que duerme!/
/
Si hoy
muriese el cielo muere;/
eso es todo,
básicamente./
¡Pero el
cielo solamente está gris!/
¡Entendedme!/
Como dice el
cliché: “La electricidad se siente en el ambiente”./
Pero
únicamente./
Si me cayera
muerto ahorita, sobre mi taza de café,/
encontrarían
en mi maletín/
un libro
marxista y muchas plumas,/
un cuadernos
con borradores de poemas (¡por favor!),/
de poemas
eróticos,/
pues son los
únicos sinceros,/
son con los
que sueño.../
/
Me da
vueltas el decir, de pronto,/
en un
desquiciado desliz,/
“¡Sí, sí soy
un pendejo!”,/
pero no me
pagan para eso;/
esta vez no,
señor, esta vez, no voy a decir sí, señor, no, señor./
Me pagan,
por cierto, con carne./
No importa,
nada importa que no sea/
un jarrón
nazi o una playera de seda./
Escurren, de
cualquier manera,/
varios
mundos inestables,/
varios
planetas y sus bestias;/
rugen contra
un dios alabando el Orden,/
sabiendo lo
cognoscible, cómo, cuándo, dónde,/
por qué,/
qué;/
y luego
viene el primer orgasmo,/
un miedo, un
estallido,/
y el pabilo
encendido/
se lleva
todo un edificio/
en
orgiástico crimen./
/
Conozco el
aturdimiento final,/
el eco
abismal/
que hacen
los rugidos del monstruo vigilante./
¿Me convertí
en un criminal?/
Mi
conciencia limpia está,/
mi vida se
la llevó el mar,/
la mente y
el corazón dos carbones/
son,/
ay,
cabrones, si el Sol/
ha fundido
ya los eslabones,/
que me digan
que soy libre,/
que me digan
quién soy yo,/
soy
palabras,/
¿Al ser
palabras quién soy?/
Al
levantarme en el núcleo de la libertad esta, hipotética,/
no sé si
volaría hacia la nada pensando que es una nube,/
si me hundiría
en un lago tóxico,/
pensando que
es salubre;/
si me
azotaría a mí mismo las espaldas, no lo sé./
Hablé de
ignorancia,/
hablé y
hablé…/
/
¡Que venga
ya pronto/
Yahvé!/
Que regrese
de Su Trono./
Que nos
corrija,/
que nos
crucifique,/
hasta saber
de nuestra Historia/
que un día
diremos, de voz de escorias,/
“De acuerdo,
entiendo; está bien”./
También/
esperamos al
descarriado Diablo/
para darle
un coscorrón./
Nos tienta,
nos mueves las sábanas, nos jala los pies,/
según
fuertes cuentos católicos del Opus Dei,/
que no
hablan de un Demonio que mutila/
miembros de
hombres,/
sexos
nones,/
o que, si no
fue Alá, tiró las dos Torres,/
que raptó,
que mató, que no calló/
nunca su
descontento impráctico divino,/
impacto
sería/
saberle
resignado a haber sido engañado por un lúbrico señor/
que, él, no
ha violado nunca a nadie./
Es una
visión nomás,/
son viejos
relatos de la Procuraduría,/
¿Querer amar
más quién querría?/
Aquel que
perdió, en la Biblia, a su pastor y guía./
/
Viejo
encuentro con la Teología:/
el abuelo
está en el Cielo./
Abrir el
deseo/
carcomiendo
su fundamento/
con
contactos de reacciones químicas sagradas,/
quizá sin Dios,/
espíritus
místicos,/
quizá con
Dios,/
lo oculto es
el islamismo,/
de acuerdo a
lo escrito revelado por el Arcángel Gabriel/
a través de
una vida de prisión y fuego./
Los escribas
dieron/
postura al
que se enfrenta al Infierno,/
que s de
hielo./
Nuevo
encuentro con la Teología,/
ahí nos
vemos…/
Pero, en
caso de que nos quedemos,/
oremos,/
porque cerca
está el Reino de los Cielos./
Viene el
abuelo./
/
Mas, si me
dedico/
a perder
almas, renuncio;/
busco
hallarlas/
para darlas/
de pan al
siervo,/
de genital
al hombre serio, él gitano,/
sin mucho
que llamemos credo,/
sin respeto
al clero,/
hombre sin
advientos,/
tiene una
vieja camioneta/
de ruidosos
frenos./
Soledad,
juego/
los dados
con ellos,/
a ellos
acerco/
una Luna que
les espió./
Incesto,
excesos, robos…/
El gran
satélite conmovido,/
blanco
mensaje abierto,/
los llevó
con amor a la fe./
////
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